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California: Plan para reducir las emisiones de carbono podría tener el efecto contrario y paralizar la red ferroviaria de carga
来源:mundomaritimo 编辑:编辑部 发布:2024/05/28 09:27:12
El año pasado, el organismo regulador de la contaminación atmosférica de California, conocido como CARB, ultimó una nueva norma que obligaría a los ferrocarriles de carga del estado a adoptar locomotoras de emisiones cero para uso industrial en 2030 y para transporte normal en 2035. Ahora solicita una exención a la Agencia de Protección del Medio Ambiente para seguir adelante. Todo parece muy sencillo, pero en la práctica ha habido algunas complicaciones, destaca un atículo publicado en Bloomberg.
Una es que la nueva tecnología obligatoria no existe. Aunque un gran número de fabricantes de locomotoras están experimentando con diseños de emisiones cero, ninguno ha superado la fase de prototipo. Incluso si apareciera uno operativo mañana, poner en circulación trenes de este tipo exigiría nuevas y enormes inversiones -sobre todo en infraestructuras de distribución eléctrica, en todo tipo de topografía- que escapan en gran medida al control de los ferrocarriles. La aplicación de esta norma antes de que el sistema sea viable “paralizará por completo la red ferroviaria nacional”, advierten en el sector.
El costo supone otro reto. La CARB exigiría a los ferrocarriles un pago anual a un fondo fiduciario restringido, que se destinaría al cumplimiento de la normativa. Esta contribución no es insignificante: Para los ferrocarriles más grandes, el cumplimiento de la normativa de un solo estado supondría unos US$800 millones anuales para cada uno, es decir, más del 20% de su gasto total actual. Es posible que los operadores más pequeños simplemente no tengan suerte: la CARB admite que uno de los riesgos de esta norma es que “algunas de estas empresas desaparecerían”.
Además, los nuevos costos podrían derivarse a los clientes. Pero esto hace que el esfuerzo sea aún más equivocado. Los trenes producen aproximadamente una décima parte de gases de efecto invernadero por tonelada/milla en comparación a los camiones; en la medida en que esta norma induzca a las empresas a realizar sus envíos por carretera en lugar de por ferrocarril, en realidad empeorará el problema que pretende resolver. Además, los ferrocarriles, que sólo producen el 2% de las emisiones del transporte en Estados Unidos, no son el objetivo adecuado para una intervención tan severa. Como han reconocido muchos grupos ecologistas, deberían considerarse parte de la solución.
¿Existe un mejor enfoque?
Se debe subrayar, además, que un impuesto sobre el carbono obviaría todas estas complicaciones. El planteamiento actual de Estados Unidos sobre el cambio climático -subvenciones cuantiosas, regulación poco sistemática, muchas ilusiones- es mejor que nada, pero conlleva un despilfarro considerable.
Por el contrario, un impuesto sobre el carbono neutro en ingresos y gradualmente creciente estimularía la inversión en tecnologías verdes, induciría la innovación en todas las industrias, impediría la búsqueda de rentas, permitiría una regulación simplificada y alinearía los incentivos del libre mercado con los objetivos climáticos a largo plazo. Reembolsar los ingresos resultantes como un “dividendo climático” para los contribuyentes de a pie- según el artículo “podría ser incluso un éxito político”.
Según la publicación, en su defecto, los responsables políticos deberían centrarse en los beneficios alcanzables. Un programa de investigación propuesto por el Departamento de Energía, cuyo objetivo es demostrar un motor de locomotora con un 50% menos de emisiones para 2030, sería un avance significativo y cuenta con el apoyo de los ferrocarriles.
También se señala que mayor sentido tendría imponer normas más estrictas en puertos y estaciones ferroviarias, donde ya se utilizan equipos de emisiones cero. Así como financiar más investigación en tecnologías como la propulsión por pilas de hidrógeno..
finalmente la publicación señala que, inevitablemente, hacer frente al cambio climático exigirá mucho trabajo y compromiso político. Imponer normas inalcanzables por decreto, por muy satisfactorias que resulten a corto plazo, sólo aumentará los costos, frenará el crecimiento y alienará a los stakeholders necesarios.
Por MundoMaritimo