“Las negociaciones con los estibadores de la costa oeste de los Estados Unidos han vuelto a dar un giro negativo al cumplirse un año de las conversaciones que comenzaron el 10 de mayo del año pasado. La semana pasada, el sindicato local ILWU (Sindicato Internacional de Estibadores y Almacenes, que representa principalmente a los trabajadores portuarios en la costa oeste de los Estados Unidos, Hawái y en la Columbia Británica, Canadá) del sur de California retuvo la mano de obra, lo que provocó el cierre de terminales en los puertos de Los Ángeles y Long Beach. Esta semana (10-14 abril), empezó a ‘marcar en rojo’ equipos para su mantenimiento en instalaciones automatizadas y, según la Asociación Marítima del Pacífico PMA, retrasó el proceso de despacho. Tal fue el trastorno resultante que reapareció brevemente un atochamiento de buques por primera vez desde el pasado noviembre”, escribe el periodista y analista Peter Tirschwell en un post de LinkedIn, desmenuzando el impacto que las negociaciones sindicales tienen en la dinámica del puerto de Los Ángeles/Long Beach. 

Impacto en la ruta

La búsqueda por un acuerdo laboral tiene entrampadas las operaciones de uno de los puertos neurálgicos no solo de Estados Unidos, sino un foco clave en la ruta Pacífico. Las constantes interrupciones de las labores producto de los paros de trabajadores ha convertido al puerto de LA/LB en una opción de menor confiabilidad, lo que ha hecho que los dueños de la carga desvíen sus naves hacia el Golfo de México y la costa Atlántica, aun cuando eso signifique mayores tiempos de tránsito e incluso costos más altos ya que, a la fin, garantiza los tiempos de llegada, que es lo importante. 

¿Qué pasa con la ruta Pacífico? Mucha de la carga destinada hacia las costas del Pacífico sur viene en las mismas naves que recalan en LA/LB. Por lo tanto, si las disrupciones en ese puerto se prolongan, afectarán el flujo de carga de la ruta WCSA. 

A la espera de soluciones

No hay claridad respecto de cómo podrían desenvolverse las conversaciones, así como tampoco se vislumbran plazos claros de cuándo podría quedar resuelto. Lo cierto es que todo comenzó tibiamente en julio de 2022 y cómodamente podría alcanzar 12 meses sin resolución. Aunque el acuerdo podría llegar en cualquier momento, las conversaciones podrían prolongarse ya que no hay presiones políticas que motiven intervención gubernamental y al sindicato no parece importarle mucho que el puerto de LA/LB esté perdiendo cuota de mercado por sus acciones: en declaraciones oficiales de la PMA emitidas el 13 de abril, "como se viene señalando desde hace años, cualquier acción que socave la confianza en los puertos de la Costa Oeste amenaza con acelerar aún más el desvío de carga discrecional hacia los puertos de la Costa Atlántica y del Golfo". 

Además, expertos sugieren que las negociaciones podrían extenderse ya que una de las principales demandas del sindicato es solicitar el apoyo de la PMA frente a otros sindicatos, y eso es  “prácticamente imposible de resolver de una manera que satisfaga a la ILWU”.

Renovaciones de contratos

La disrupción en el puerto de LA/LB ha alcanzado un periodo crucial, ad portas de las negociaciones de los contratos transpacíficos, que se renuevan el 1 de mayo. Con tarifas más bajas a la vista y una clara tendencia de fuga de carga hacia la costa este, el menor volumen de negocio hacia el puerto podría significar incluso un impacto negativo en los sueldos de los trabajadores… los mismos trabajadores que están negociando mejores condiciones laborales y paga más alta.