La caída del nivel del acero en Chile durante 2022 fue notoria, según el último informe del Instituto Chileno del Acero (ICHA). El consumo aparente, que comprende la producción local más las importaciones y descuenta las exportaciones del país, registró un volumen de 2 millones 289 mil toneladas en 2022, lo que se traduce en una disminución del 30,4% en comparación con la movilización del año anterior.

El consumo de aceros largos, que incluyen barras rectas y en rollos, perfiles livianos y pesados, así como laminados en caliente, fue el más afectado. Con un volumen de 1 millón 82 mil toneladas, se observó una caída del 28,7% interanual, lo que equivale a 436 mil toneladas menos consumidas en 2022.

Por su parte, el comercio de aceros planos también disminuyó en un 32,9% frente a los datos registrados en 2021, alcanzando un volumen de 1 millón 169 mil toneladas.

Únicos resultados favorables

En contraste, los tubos sin costura, que corresponden a conductos estructurales y para conducción de fluidos, mantuvieron una tendencia positiva de consumo promedio desde mayo de 2020 hasta diciembre de 2022, con una tasa de aumento del +0,12% en 2022.

En cuanto a las proyecciones para 2023, el ICHA pronostica un crecimiento del 7,1% en el consumo aparente de acero, llegando a un volumen de 2 millones 450 mil toneladas. Con esto, se espera que la industria se recupere tras la disminución registrada en 2022.