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Países europeos proyectan 20 terminales flotantes de GNL para compensar la pérdida del gas natural ruso
来源:MundoMarítimo 编辑:编辑部 发布:2022/09/13 08:37:07
Conforme se acerca el invierno septentrional, los países europeos, desesperados por sustituir el gas natural que antes compraban a Rusia, han apostado por una solución de corto plazo: Una veintena de terminales flotantes que recibirían gas natural licuado (GNL) de otros países. Pero el plan, que contempla la entrega de las primeras terminales para final de año, ha hecho sonar las alarmas entre los científicos que temen las consecuencias de largo plazo para el medio ambiente, reportó AP News.
Los expertos advierten que estas terminales perpetuarían la dependencia europea del gas natural, que emite metano y dióxido de carbono, gases que calientan el planeta, durante su producción, transporte y consumo.
Algunos científicos dijeron que temían que las terminales flotantes se conviertan en una fuente de energía para la enorme demanda europea durante años, sino décadas. Esa tendencia podría ser un revés para los esfuerzos de reducción de emisiones, que según los expertos no han avanzado lo bastante deprisa como para frenar los daños al medio ambiente global.
Dependencia de los combustible fósiles
Buena parte del gas natural licuado, o GNL, que Europa espera recibir arribaría desde EE.UU. “Construir esta inmensa infraestructura de GNL atará al mundo a una dependencia continuada de los combustibles fósiles y continuará el daño climático durante décadas”, dijo John Sterman, científico climático del Massachusetts Institute of Technology.
El gas natural contribuye de forma significativa al cambio climático, tanto al quemarse y producir dióxido de carbono como por las fugas de metano, un gas de efecto invernadero (GEI) aún más potente. Sin embargo, los países europeos, que durante años lideraron el cambio a una energía más limpia, han propuesto llevar más de 20 terminales flotantes de GNL a sus puertos para ayudar a compensar la pérdida del gas natural ruso.
Sobre las terminales
Las terminales, que miden casi 304 metros (1.000 pies) de largo, pueden almacenar unos 170.000 metros cúbicos de GNL y convertirlo en gas para viviendas y negocios. Pueden construirse más rápido y por menos dinero que las terminales en tierra, aunque son más costosas de operar, según la International Gas Union.
Muchos científicos ecologistas alegan que el dinero reservado a construir esas estructuras, que según la consultora Rystad Energy cuestan unos US$500 millones cada una, estaría mejor invertido en la adopción rápida de energía limpia o reformas de eficiencia que podrían reducir el consumo energético.
Construir más parques eólicos o granjas solares, algo que lleva años, no cubriría de inmediato el déficit de gas ruso. Pero con financiamiento adecuado, Sterman dijo que aumentar la eficiencia energética en viviendas, edificios y fábricas, junto con el despliegue de tecnologías solares y eólicas, entre otras, podría reducir enormemente la necesidad de que Europa sustituya todo el gas perdido.
El gobierno y la industria energética en Alemania han defendido la estrategia como una respuesta urgente a la pérdida de la mayoría del gas ruso que recibieron durante años, y que temen Moscú pueda cortar por completo. “En una circunstancia excepcional como esta, cuando se trata de la seguridad del suministro del gas de Alemania, está justificado acelerar el proceso de aprobación”, dijo en un comunicado la asociación de la industria de la energía en Alemania, BDEW
Asimismo, Polonia, Italia, Grecia, Francia, Holanda, Croacia, Estonia, Finlandia, Letonia, Eslovenia y Gran Bretaña tienen planes de una terminal de GNL o más, según Rystad Energy.
El Panel Intergubernamental de Cambio Climático ha advertido que mantener la infraestructura ya existente de combustibles fósiles haría que el calentamiento global supere los 1,5 grados Celsius (2,7 grados Fahrenheit). A ese nivel, se espera que el aumento de las temperaturas agrave las inundaciones, el calor extremo, los fuertes huracanes y los incendios forestales más grandes, provocados por el cambio climático y que han costado vidas.
Los buques flotantes de GNL se han presentado como una solución de corto plazo para mantener el flujo de gas unos pocos años mientras se desarrollan fuentes de energía más limpias que el viento y la energía solar. Pero los críticos dicen que es improbable que una estructura construida para durar décadas deje de operar de forma permanente tras unos pocos años.
Una vez se construyan las terminales flotantes, pueden utilizarse en cualquier lugar del mundo. De modo que, si los países europeos ya no las quieren para hacer la transición a energías más limpias, las instalaciones podrían trasladarse a otros puertos, lo que en la práctica garantiza el uso de gas natural durante décadas.