La baja disponibilidad de contenedores para exportaciones forestales aumentó el precio de este ítem para la producción de exportación, sin embargo, el mercado interno fue capaz de consumir los productos que no se pudieron sacar del país para su comercialización debido a los problemas en la cadena de suministro provocados por la pandemia, reportó La Tribuna.

Los tres puertos principales de la región del Biobío mueven aproximadamente 16 millones de toneladas de carga, de los cuales, más o menos el 70% corresponde a carga forestal y un 20% a carga refrigerada, es decir frutas, pescados y lácteos entre otros productos, mientras otro 10% corresponden a otras cargas. El grueso de la exportación de los puertos de la región es forestal.

En ese sentido, Eduardo Hartwig, director de la Cámara Marítima de Chile, explicó que “hace 10 años y antes de esta crisis, empezó la exportación muy importante de productos forestales en contenedores, mientras que antes de estos 10 años, era prácticamente inexistente. El motivo de eso es que la carga que llega a la zona central, es decir Valparaíso, San Antonio y la región Metropolitana, es mayoritariamente carga del retail, que viene con contenedores que viene con refrigeradores, televisores o ropa entre otros productos, pero en esa región prácticamente no hay carga para devolver los contenedores llenos, salvo en la temporada de exportación de fruta, pero donde se utilizan otro tipo de contenedores a los utilizados para carga forestal y otros productos”.

Debido a esto, el también vicepresidente de la Corporación Chilena de la Madera declaró que “las navieras buscaron una opción de trasladarse hacia la región del Biobío, para poder subir la única carga que había disponible, que era la forestal, que pasó a ser carga de relleno y a tarifas bastante convenientes, lo que llevó a que aumentara mucho la exportación en contenedores, porque se llenaban contenedores que estaban vacíos”.

Durante la crisis en los fletes producida por los problemas logísticos debido al Covid-19, Eduardo Hartwig dijo que “comenzó a llegar mucha carga, en contenedores llenos porque la gente compraba mucho por internet debido al dinero de los retiros de las AFP y del IFE, donde incluso había productos del retail que no se encontraban en el mercado chileno y esa gran demanda obligó a priorizar la descarga de contenedores que llegaban llenos para suplir la demanda de productos, que eran tantos que no daban el tiempo de cargar los vacíos”. El vocero de Corma manifestó que esto significó que para la región del Biobío hubiera un 30% menos de disponibilidad de contenedores.

El director de la Cámara Marítima de Chile explicó que “cuando el bien es escaso, se aumentan los precios, entonces, los precios para exportar prácticamente se triplicaron en todos los productos, haciendo menos rentable producir estos productos porque es más caro exportarlos, y lo que hemos visto en el sector forestal es que lo que se ha afectado fuertemente ha sido la exportación de rollizos, aunque se exportaba muy poco”.

Proyecciones positivas  

“La buena noticia es que este fenómeno está pasando y ya los precios, en la ruta más cara, que es la Ruta Pacífico entre China y Estados Unidos, ha bajado un 20% el costo del flete y en Chile se está viendo disponibilidad de contenedores sin ningún obstáculo, y eso hace que de alguna forma, baje el precio, aunque nunca baja tan rápido como sube, pero en conversaciones con muchos clientes nuestros, ellos han apuntado que las importaciones de Navidad que se programan ahora para embarcarlas en agosto-septiembre, están en órdenes inferiores a las del 2019”, dijo Eduardo Hartwig.

Esto significa, según el dirigente gremial, que “la venta no será tan espectacular como el año pasado o antepasado debido a la cantidad de recursos que estaban dando vuelta, de hecho yo personalmente exporto rollizos y dejé de hacer esto porque el precio subió mucho debido a la demanda interna de los aserraderos, es decir el mercado interno se mantuvo muy potente el año pasado, el panorama va para bien, hay más de 10.000 contenedores disponibles y no hay penalizaciones por las demoras, que son de 20 o 30 días”, finalizó.