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    La conservación de pecios y buques históricos son valiosos para la historia de la humanidad

    来源:MundoMaritimo    编辑:编辑部    发布:2022/02/15 10:13:02

    La conservación de pecios y buques históricos tienen una gran importancia para la historia y la arqueología, pues proporciona una enorme información sobre los antecedentes del periplo vital de la humanidad. Se han hallado pecios en los mares que han permitido conocer mejor el pasado en sus distintas dimensiones, explica José Antonio Pejovés, abogado, árbitro y profesor de Derecho Marítimo.

    En ese sentido, muchas ciudades portuarias, poseen buques históricos o quizá pecios, que se muestran como museos flotantes o subacuáticos y que constituyen atractivos extraordinarios para los visitantes. En la dinámica de la relación ciudad-puerto, uno de sus componentes principales es la promoción de la cultura marítima entre los residentes y los visitantes de la ciudad portuaria.  “Es inobjetable que la conservación y exposición de buques históricos y pecios, contribuye enormemente a la promoción de la cultura de mar y es también un potente mecanismo de atracción turística”, señala Pejovés.

    En este contexto, es oportuno mencionar que el patrimonio marítimo -integrante del patrimonio cultural- se puede decir sin que esto sea absoluto, que está compuesto por el patrimonio marítimo flotante, como es el caso de los buques históricos, y por el patrimonio subacuático, como son los pecios que descansan en el fondo del mar.

    Por otro lado, señala Pejovés, que un buque califique como histórico, debe tener cierta antigüedad. En Inglaterra, por ejemplo, el criterio es de cincuenta años. Luego hay otras condiciones para considerar un buque como histórico, por ejemplo: que sea un bien mueble perteneciente al patrimonio cultural de un país, o que sea un bien de interés cultural por haber participado en actividades marítimas trascendentes para la historia o haber pertenecido a un personaje histórico relevante.

    Los buques históricos gozan de cierto tratamiento preferencial, son objeto de inspecciones y certificaciones especiales, distintas a las que se hacen a un buque ordinario; tienen bonificaciones tributarias e incluso pueden pagar tarifas portuarias especiales. Una reproducción singular de un buque que ha hecho historia, es decir, una réplica, también goza de beneficios. Se entiende que un buque histórico, al recibir tal calificación no puede destinarse a la explotación mercantil para el que fue construido, como si fuese un buque ordinario.

    Para destacar la importancia que algunos países le dan a su patrimonio marítimo flotante, se puede mencionar que La Ley de navegación marítima española –Ley 14/2014-, en su 8va. disposición adicional, reconoce los buques históricos y las réplicas, y dispone la adopción de normas reglamentarias, que contemplen la creación de un registro especial de buques históricos y réplicas, y que desarrollen el tratamiento especial, tributario y administrativo, que dichos buques recibirán. Países como Francia, Inglaterra, Suecia o Estados Unidos, desde hace mucho saben la importancia que tiene el patrimonio marítimo flotante, desde el punto de vista histórico y económico.

    Los pecios

    Un pecio, de acuerdo con el Diccionario de la lengua española es un “Pedazo o fragmento de la nave que ha naufragado”.  Son los arqueólogos marítimos, especialmente los que han destacado desde inicios de la segunda mitad del siglo XX, la importancia capital de proteger los pecios como repositorios y fuentes de información histórica de periodos poco conocidos de la historia de la humanidad. Estos pecios, son únicos en su género e irreemplazables.

    Cabe mencionar que la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (Montego Bay, 1982), cuyos artículos 149° y 303° se refieren a la obligación de los Estados de conservar y proteger los objetos de carácter arqueológico e histórico hallados en el mar y cooperar para tal efecto, en beneficio de la humanidad; se sumó la Convención sobre la Protección del Patrimonio Cultural Subacuático (París, 2001), formulada por la UNESCO.

    La citada Convención de París de 2001, protege adecuadamente el PCS y recoge una serie de principios importantes, como son la preservación “in situ” de los pecios como opción prioritaria y la no exploración subacuática con fines de lucro o especulativos. La preservación “in situ” evita la ruptura del pecio y la diseminación de información histórica valiosa.

    América Latina y el Caribe, no dispone de muchos buques históricos como los tienen en Estados Unidos o en Europa. Sin embargo, “hay patrimonio marítimo flotante por conservar y mostrar, solo dos ejemplos: la corbeta “Uruguay” botada en 1874, que alberga un museo flotante en Puerto Madero, Buenos Aires, o el buque “Yavari” botado en 1870, un museo flotante que sigue navegando las aguas del lago Titicaca en Puno. Sí existen, en cambio, muchos pecios valiosos especialmente en el Caribe y en el Río de la Plata, integrantes de nuestro patrimonio marítimo subacuático y que también debemos conservar, estudiar y exhibir”, concluyó Pejovés.