En breve quedará prohibido que se creen nuevos puertos deportivos en Baleares o que se amplíen los existentes. El Consell de Govern lo aprobará por decreto en 2019. La idea no es frenar el turismo, ni tan siquiera crear un obstáculo. La medida pretende que los ya existentes sean optimizados para poder albergar el mayor número de turistas sin que esto suponga un mayor impacto medioambiental en la costa.

La nuevas directrices que se adoptarán potenciarán la instalación de marinas secas, es decir, la creación de instalaciones en tierra seca que sirvan para almacenar embarcaciones. En esta línea, también se fomentará la creación de rampas de acceso al mar, de manera que no tengan que estar flotando en el muelle. Y se promoverá que las embarcaciones se compren o se alquilen en multipropiedad. El conseller de Territorio, Marc Pons, no se olvidó de los ciudadanos que no son turistas. Apuntó que con estas medidas no serán discriminados los que dispongan de menos recursos.

Estas medidas no afectarán a los puertos del organismo estatal, aunque Joan Gual, el presidente de la Autoridad Portuaria y Pons hayan asegurado que habrá “sinergias de colaboración” entre ambas instituciones.

Este Plan General de ordenación es la tercera fase de los cambios iniciados esta legislatura en lo que tiene que ver con los puertos de Baleares.